La Inmoralidad Sexual (Libro PDF) Guillermo Maldonado
La inmoralidad sexual es un tema del que casi no se habla en la iglesia ni en la familia, aunque sabemos que hay mucha necesidad de saber acerca de él. La inmoralidad sexual incluye: masturbación, homosexualidad, promiscuidad por elección, incesto, abuso, adulterio, fornicación, bestialismo, fantasías sexuales, pornografía y programas de televisión obscenos. Todos estos actos conducen a las personas a ser tentadas y a desgastar su resistencia a la tentación que ellos representan. Son actos ilícitos que están destruyendo los hogares, sometiendo tanto a niños como a adultos y, por consiguiente, a naciones enteras.
La inmoralidad sexual es una actitud del corazón
De acuerdo a lo que Jesús enseñaba, la impureza sexual comienza antes de actuar en la inmoralidad, dado que crece en actitudes del corazón.
“27Oísteis que fue dicho: “No cometerás adulterio”. 28Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. Mateo 5.27, 28
Cada uno de nosotros, quizás, haya sentido o sienta deseos de actuar de una forma inmoral; pero no lo ha hecho porque no ha tenido la oportunidad de cumplir esos deseos. Sin embargo, el acto de entretener deseos y pensamientos sucios es tan pecado como si se actuara en ellos. Ahora, refiriéndonos a hechos, una vez que el acto físico ha sido cometido, resulta en una ligadura del alma; y esto es más profundo de lo que algunas personas piensan. Por eso, Pablo dice:
“16¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella?, porque ¿no dice la Escritura: «Los dos serán una sola carne»?” 1 Corintios 6.16
Cuando se lleva a cabo el acto sexual, no solamente se hace una ligadura en el alma, sino que también se vuelve una sola carne con la otra persona; y todos los espíritus e influencias malas que una persona tenga, pasan a la otra y viceversa. Lo más tremendo de todo es que hay muchos cónyuges —sean hombres o mujeres— que llevan la contaminación a su casa y a su familia. De esa forma, todos son influenciados por esos espíritus. Por eso es necesario que, si alguien ha cometido adulterio, fornicación o cualquier otro acto inmoral, sea ministrado en liberación y sanidad interior. El apóstol Pablo es tan estricto con la inmoralidad sexual, que le habla a los efesios de una manera muy fuerte al referirse a este tema.
“3Pero fornicación y toda impureza o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos”. Efesios 5.3
Conozco casos en los cuales una persona ha caído en un pecado sexual; los pastores y líderes la disciplinan —y eso es correcto—, pero no le ministran liberación; lo cual es como quitar la telaraña y dejar la araña. Luego, restauran a la persona a la posición que ocupaba antes en la iglesia, pero después de un tiempo, inevitablemente, vuelve a caer. La razón de su recaída es que nunca fue libre de la raíz de su problema. En este tipo de casos, se debe ministrar una liberación profunda.
Espero que les ayude.
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